Tomando en cuenta que:
- La Constitución del 80 que rige actualmente el país fue impuesta de forma inmoral para cualquier República.
- Esta no puede ser cambiada por el Ejecutivo puesto que tiene vocación a gobernar lo existente e impulsar reformas, pero no ha realizar una nueva Carta Magna;
- Por su parte el Congreso no dispone de la credibilidad de la ciudadanía producto de la "privatización de la política" que hemos visto con los escándalos de las facturas ideológicamente falsas;
- Los partidos políticos son las instituciones peor evaluadas en Chile por lo cual no cuentan con la autoridad moral para dirigir un proceso constituyente;
- Para terminar, resulta impensable que quienes han creado, mantenido y se han enriquecido con el sistema estén capacitados para proponer uno nuevo.
Una
salida democrática a este laberinto construido en dictadura es la
elección de una asamblea representativa de todos/as los/as chilenos/as
para redactar una nueva constitución. Una instancia en donde:
- "los mismos de siempre" no puedan presentarse.
- Las cualidades cívicas, asociativas, de construcción de bien común, de probidad, de no haber sido elegido a cargo de escrutinio popular... sean condición para ser electo.
- Representantes electos con el mandato exclusivo de redactar una nueva constitución, al finalizar el proceso la asamblea se deshace.
Sin embargo, la figura de "asamblea constituyente" no existe en las leyes chilenas.
Es
por ello que el "proceso constituyente" representa desde mi punto
vista una oportunidad para marcar este proceso con AC. Cómo hacerlo?
- Al participar por internet (ver video más abajo) poner en los espacios de escritura libre, en particular en el capitulo sobre las instituciones a contemplar, que es necesario agregar en la Constitución la Asamblea Constituyente. Además, en la parte final de la consulta, agregar las razones que hacen que el proceso constituyente debe dar como resultado una AC!
- Organizar encuentros locales en el exterior. Si bien el proceso es complejo de organizar (mín. 15 y máx 30 ciudadanos/as, inscritos con anticipación en internet, con documento de identidad al día...) vale la pena, al menos para diálogo entre ciudadanos/as.
Sin
caer en el angelismo que cree que con esto cambiaremos a Chile de un
día para otro o que el método es impecable en lo que a participación
respecta, tal vez si sea una oportunidad para aportar una vez más a
Chile desde la perspectiva de los chilenos y chilenas del exterior.
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